Fuente: Clarín ~ Los precios de las primeras marcas internacionales son más bajos en el exterior. Y las nacionales cuestan más. Opinan empresarios y especialistas.
Los cartelitos con los precios cada vez son más chicos en las vidrieras de los shoppings. O están camuflados con el fondo, o tienen nombres demasiado inspirados y no se entiende bien cuánto sale qué. En los outlets hay 70% OFF y más confusión: «¿Ya esta hecho el descuento?». En los de las marcas deportivas es peor. El saldo no depende de un perchero. Hay que fijarse en el color de la etiqueta.
Por la inflación en el país –la de julio fue de 7,4% la más alta en 20 años– no hay mucha noción de cuánto valen las cosas. Mucho menos, la ropa. Lo que está bien claro es que nunca fue tan caro vestirse en Argentina.
Lo que parece que cuesta una campera es lo que se paga hoy por un jean. Lo mismo pasa entre remeras y buzos. El aumento llegó casi al 100% en lo que va del año.
Y hay otra certeza que se convierte en pregunta: ¿Por qué la ropa sigue costando más de lo que sale llenar la valija en Estados Unidos o Europa? Desde el doble. En zapatillas y zapatos, aún más.
La brecha mayor se da con las marcas de rango medio y premium made in Argentina. «Incluso a precio de dólar blue», dicen los compradores que más viajan.
Cuesta encontrar los precios en las vidrieras de los locales de ropa en los shoppings. Foto Fernando de la Orden
Primeras marcas, jugadores del rubro, expertos en consumo y consultoras explican a Clarín por qué los precios no paran de subir y, aún así, crece la venta de ropa.
Un (dato) básico: por el tipo de cambio (cada vez más) desfavorable y los impuestos por ser turista, comprar afuera ya no es tan barato como en la época en la que se «cruzaba» a Chile o se hacía escala en Miami «sólo para hacer shopping».
Las compras con tarjeta en el exterior pasaron a tener un recargo total del 75% (el 30% del Impuesto País más el 45% a cuenta de Ganancias). Según la cotización del viernes, el valor de referencia para el Dólar Turista o Dólar Tarjeta era de $ 245.
Otro (dato) infaltable (como ese vestido negro o una camisa blanca): comprar ropa afuera sigue siendo negocio. Pero hay excepciones.
Ropa cara
Todo rubro en la Argentina viste de inflación. Y la indumentaria marcó tendencia: mostró el primer triple dígito inflacionario. Y eso que la industria está protegida por el Gobierno, que limita la importación.
Según el Índice de Precios al Consumidor (IPC), que este jueves dio a conocer el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), el ítem «prendas de vestir y calzado» escaló al 8,5% y acumula una suba del 56,5% en el año. Un crecimiento del 96,7% en doce meses, que llegó al 100,5% en el Gran Buenos Aires y se compensó con menores aumentos en el interior del país.
Descuentos y cuotas por el Día del Padre en un local en el shopping Dot. Foto Marcelo Carroll
¿Cuánto más cara es la ropa acá? Un jean de marca internacional (el clásico 501), para hombre o mujer, está $ 16.900 en Argentina ($ 15.200 en la tienda online) y 61,98 dólares en Estados Unidos ($ 15.062).
Parecería poca la diferencia, esos $ 1.838 menos, si se compra por la página web acá. Pero la clave es que, por ejemplo, a todos los modelos de mujer que están de moda hoy, como los de piernas anchas (wide leg) o con cortes en las rodillas, la marca los ofrece allá de a 2 por 99 dólares ($ 24.255 por ambos) y acá está $ 17.900 cada jean.
Una marca argentina de rango medio vende uno solo de esos a $ 24.900. El corte chupín más barato y para ambos géneros, en otra etiqueta nacional del mismo segmento está $ 22.300.
Y hay firmas nacionales del mismo nivel de «lujo accesible» que se animan a tener los de estilo boyfriend a $ 68.000, $ 82.000 y hasta $ 102.000 (por uno lleno de tachas). Una marca premium tiene sus jeans básicos de la temporada anterior a $ 22.800.
Local de Zara en el Abasto. A dólar tarjeta o turista, las marcas internacionales ofrecen mejores precios afuera que acá. Foto Juano Tesone
La ropa marcó 25 puntos más que la inflación promedio ¿Por qué igual se compra? Según el Indec, el ascenso de las ventas de ropa formal y calzado se vio impulsado respecto a junio de 2021 por la vuelta a la presencialidad laboral y las fiestas. Y hubo un incremento en las operaciones con Ahora 12, que permite comprar con 3, 6 y 12 cuotas fijas.
Qué dicen las marcas
Las ventas de Bowen, marca argentina nacida en los ’90 y de target ABC1, están un 10% arriba en unidades respecto a 2019. Venden más que antes de la pandemia, aunque en el año hayan aumentado sus precios entre un 80% y 85% ¿Que pasó?
«La demanda está sostenida por que se viaja mucho menos. El volumen de ropa que venía en valijas era enorme, especialmente en mi segmento. Y, como no hay alternativas de ahorro, la gente gasta todo el dinero que tiene. Además, había un consumo reprimido durante la pandemia que se está liberando ahora», dice a Clarín Pedro Chirou.
Dueño de esa cadena de ropa junto con Martín Stok, invertirá $ 100 millones para elevar 45% su producción. Habla de por qué es más barato comprar en el exterior y, a la vez, marca las excepciones.
«La ropa en el exterior es más barata porque las marcas se abastecen en China y países similares (Vietnam, Camboya). Eso hace que nosotros (por los colegas nacionales) no seamos competitivos industrialmente. Las importaciones de ropa están bastante limitadas. Sobre todo las de producto terminado. Con materias primas (telas) es un poco menos difícil. Mis importaciones están entre el 3 y el 4 % del total. Es por esto que hay un cuello de botella productivo muy grande y explica una parte de los precios altos», detalla.
Un jean Levi’s 501, para hombre o mujer, está $ 16.900 en Argentina ($ 15.200 en la tienda online) y 61,98 dólares en Estados Unidos ($ 15.062). Foto Juano Tesone
Dice que tiene dificultades de abastecimiento de todos los insumos. «En esta temporada de verano que está por comenzar nosotros vamos a poder resolver la situación porque adelantamos compras desde hace un año. Con limitaciones en cuanto a lo que nos gustaría ofrecer, pero con una oferta más completa», sigue.
Según cifras de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), la peor performance de la producción de la industria manufacturera fue en textiles e indumentaria (son dos sectores diferenciados: tela y confección) con una nueva caída anual del 6,9%. Bajó 8,5% en la comparación mensual.
El aumento de los insumos es a nivel internacional pero, según cuenta el sector, por trabas a las importaciones acá falta algodón, telas sintéticas, tinturas e hilos. También talleristas y mano de obra textil y está la especulación de proveedores en precios y entregas, guiados por el dólar blue. La ropa de niños y niñas tiene el mismo costo, porque los talleres cobran lo mismo por confeccionarla.
Mirando a lo más alto del segmento, y porque recién volvió de viaje, Chirou dice que «es un error comparar los precios de Orlando, cuando se va a Disney, con los de marcas que están en Paseo Alcorta». Por algo cierto: «Orlando es un gran outlet, con marcas bien posicionadas en la cabeza del consumidor argentino. Pero no deja de ser outlet. Hay que comparar manzanas con manzanas».
En ese gran outlet los básicos de marca se compran a unos 15 dólares ($ 3.675) o menos y acá un jean en la calle Avellaneda no se consigue por menos de $ 8.000. Claro que en Europa también hay jeans a 140 euros y acá hay chombas francesas que están más baratas en los outlets de Palermo. Pero esa no es la regla para quien viva en Argentina y se jacte de saber comprar al viajar. Con todo lo que hoy implica pasar la tarjeta afuera.
El ítem «prendas de vestir y calzado» escaló al 8,5% y acumula una suba del 56,5% en el año, según el IPC que confecciona el Indec. Foto Germán García Adrasti
Otra prenda democrática para comparar son las zapatillas. En todo Estados Unidos una de las últimas de la principal marca deportiva (no las de outlet, a 45 dólares o menos) se venden a 140 dólares ($ 34.300). Acá no llegaron, pero un modelo bastante anterior está $ 31.199, contra $ 22.050 (90 dólares).
¿Sirve que en Argentina la ropa sea más cara?
«Mientras que en Argentina la ropa se encarece, en los principales países se abarata, a pesar de la subida internacional de costos. Un jean cuesta 29% más en Argentina que en Brasil y un 36% más que en México«, dice a Clarín Alejandro Ovando, director de IES Consultores.
Protegida la industria, pero ¿a qué precio? El analista responde con varias preguntas retóricas. «¿Se quiere tener una industria textil competitiva con base en una política industrial, o solo protegida, cuyo costo lo termina pagando el consumidor?». Así, advierte que en los próximos meses se verá afectado el nivel de la demanda.
Según Ovando, abrir las importaciones «sin duda haría bajar los precios internos».
Desde la fundación Protejer dicen a este diario que en un contexto de crecimiento de la actividad industrial textil y en este veranito del consumo de ropa, «la pérdida de capacidades productivas de confección es uno de los principales cuellos de botella» que repercute en los precios. Muchos trabajadores bolivianos y paraguayos volvieron a sus países porque sus salarios en pesos ya no les permitían enviar dólares a sus familiares.
Además, dicen que, en general, «en la ropa de marca premium de un shopping, la incidencia de costos industriales es de solamente el 8,5% al 10% del precio de una prenda». Que el resto de los componentes de la cadena de valor, «impuestos, alquileres, logística y costos financieros (como promociones y cuotas), marketing y publicidad», tienen el doble de incidencia en el precio al público.
Los vestidos de esas marcas de primera línea nacionales arrancan en los $ 28.000. Un mono, estilo hindú, desde $ 32.000.
Por eso es que, aseguran, «en los últimos 10 años se evidencia un desplazamiento del consumo desde los shoppings hacia otros comercios que ofrecen ropa más accesible, a la par de showrooms de emprendedores, canales online y la calle Avellaneda».
Menos rebajas
¿Por qué hay rebajas desorbitantes en Europa de marcas que están acá y que aún así jamás alcanzan ese nivel de gangas?
«Zara, del grupo Inditex, tiene base en Europa. Con mejores costos logísticos, hay descuentos aún mejores en España y Portugal. Acá tienen la política de no plegarse a los descuentos de los shoppings. Cuando liquidan, liquidan fuerte. La gente sabe que es así y va y compra», explica Ximena Díaz Alarcón, investigadora de tendencias del consumidor y cofundadora de YoUniversal.
Pero en sí los precios allá y acá son diferentes «por el establecimiento de precios en los diferentes mercados, las condiciones de importación y el dólar, respecto a la casa matriz. Con Nike pasa lo mismo», puntúa.
Uno de esos vestidos largos y de día, sin descuento, en Europa está 39,95 euros. El mismo acá está $ 24.000 . El descuento «argentino», eventualmente, lo dejará como máximo en $ 20.000. En las rebajas de la Gran Vía de Madrid, en cambio, bajó 10 euros.
Cuotas y más cuotas
Para Díaz Alarcón, las cuotas se viven «como un alivio» y hasta «como un derecho» a poder acceder a la ropa. Por el vínculo emocional, «no superficial», que se tiene con cómo nos vestimos para presentarnos al mundo.
«Es tan cara que para todos los niveles socioeconómicos es realmente un consumo oneroso. Hay mucha queja, pero los consumidores hacen la ecuación entre lo ‘accesible’, lo duradera y lo cómoda y compran igual. Las cuotas combaten la inflación. Las patean lo más que puedan y se compran toda la ropa que pueden. Cambiaron los niveles de frío y calor en cada estación y la gente no sabe muy bien qué comprar, pero compra. No porque haga falta. Se compra por estilo, imagen y otros factores. Es un consumo que se disfruta, pero que duele bastante«, cierra.