Creó una marca de botines de fútbol baratos y ya los exporta a Uruguay: cuestan $ 15.000

Fuente: Cronista – Martín Amoros fundó Raptor en plena pandemia y produce 20.000 pares por mes en su fábrica en Valentín Alsina. Su estrategia para mantener los precios bajos.

«Mi héroe es el dueño de Guaymallen«, dice Martín Amoros. Pero no se dedica al negocio de los alfajores, sino al del calzado deportivo. Su emprendimiento Fabricalz SRL produce botines de fútbol bajo la marca Raptor y se venden por entre $ 13.000 y $ 15.000 en tiendas físicas y MercadoLibre. Su objetivo, asegura, es apostar por el volumen y ya empezó a exportar sus modelos a Uruguay.

Hace 10 años el día a día a Amoros era muy diferente. Trabajaba en una casa de repuestos junto a su padre y sus hermanos, pero se cansó del rubro. Por consejo de su suegro incursionó en el mundo del calzado. Primero probó con pantuflas, después llegaron las ojotas y las sandalias hasta que decidió enfocarse en el segmento de las zapatillas deportivas.

Los botines Raptor se venden en tiendas de calzado y martketplaces desde $ 13.000 el par.

Durante la pandemia encontró otro nicho de interés. «En ese momento le compraba botines a un señor que los fabricaba de manera artesanal. Pero durante el aislamiento me empezaron a pedir cada vez más y él me entregaba un 10% de lo que yo podía vender. Así que me puse a fabricarlos yo mismo porque estaba viendo la guita que me perdía de ganar«, recuerda.

El Guaymallen de los botines

El negocio funcionó. Del taller se mudó a una planta de 1600m2 en Valentín Alsina. Compró máquinas de coser, una inyectora de suelas de PVC y montó un sector de aparado. Al principio le vendía los botines a las casas de calzado y algunos distribuidores que luego los posicionaban en tiendas online. «Hace poco aparecieron algunas casas de deporte, pero son tres o cuatro. Las otras marcas dicen que no les entregan si me compran a mí. Son como el perro viejo, que no come ni deja comer», señala Amoros.

Su modelo, como el del alfajor Guaymallen, es tener en el mercado un producto económico que juegue por volumen, aunque el margen sea chico. Por eso tiene como política que los botines Raptor no pueden venderse a más de $ 15.000. En tanto, los botines de segundas marcas parten desde los $ 50.000, mientras que los de las firmas top pueden costar más de $ 100.000.

¿Cómo logra mantener este precio? «Ahorro bastante haciendo el aparado, que es la costura de toda la capellada. Tengo 32 personas trabajando con 26 máquinas de coser en ese sector. Lo otro es la fabricación propia de la suela», explica. Fabricalz SRL produce alrededor de 20.000 pares de botines de fútbol de cuero sintético por mes entre todas las opciones, desde futsal y papifutbol hasta modelos de fútbol 11.

Martín Amoros ahora invirtió para lanzar una nueva línea premium con suela de caucho.

«Me ofrecieron traer las suelas y las capelladas importadas, pero no lo voy a hacer», afirma. Y detalla: «A mis clientes le vendo cada par por u$s 10,80 y si tuviera que traer un botín terminado de afuera me sale u$s 19 solo para tenerlo en la mano».

De campeón a campeón

La compañía ya cruzó la frontera y llegó con sus productos a otro mercado campeón del mundo: Uruguay. Raptor hizo un primer embarque en diciembre del año pasado de 1500 pares. «El próximo mes sale el próximo embarque», comenta. A su vez, Amoros señala que está en conversaciones con distribuidores en Paraguay para llevar su calzado allá.

El próximo paso del emprendimiento es lanzar una nueva línea de botines. Se trata de un modelo premium con suela de caucho que demandó una inversión de u$s 15.000 e incorporar 10 empleados a la plantilla. Fabricará 200 pares por día y costarán $ 2000 más que el resto de las opciones de su portafolio. «No le tengo miedo a la importación porque no tengo competencia en mi segmento», concluye.

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