Un médico convaleciente y una familia innovadora: la historia de los borceguíes más famosos del mundo

Fuente: Cronista – Las primeras botas Dr. Martens se vendieron en 1960. Si bien hoy es un ícono de la moda, en realidad fue pensado como un calzado para obreros y trabajadores.

La creación de un médico alemán convaleciente se transformó en un ícono cultural en el Reino Unido. Fue adoptado por distintas tribus musicales, desde punks hasta glams y se desperdigó por el mundo hasta convertirse en uno de los productos de moda más buscados. El último año se vendieron más de 13 millones de pares de calzado con la marca Dr. Martens, aunque la estrella de su portfolio son sus originales borceguíes. Sin embargo, antes de entrar en el mundo de la moda, esta pieza era utilizada por otro tipo de consumidor.

Dr. Martens, conocida también como Doc Martens o DM, tiene sede en el Reino Unido y en el año fiscal 2023, finalizado en marzo pasado, superó las 1000 millones de libras en facturación (u$s 1220 millones). En total cuenta con 204 tiendas propias y 112 franquicias alrededor del mundo que venden sus botas, zapatos y sandalias.

Dr Martens vendió 13,8 millones de pares de calzado en su último año fiscal.

Si bien desde 2021 la compañía cotiza en la bolsa de Londres, la historia de la marca está ligada a la creatividad e innovación de una familia que se dedicó durante más de 100 años al negocio del calzado.

Un soldado convaleciente con una idea millonaria

En la pequeña ciudad de Wollaston, dentro del condado Northamptonshire, la familia Griggs tenía un taller en el que fabricaban botas de trabajo desde 1901. Las utilizaban desde empleados fabriles hasta carteros y jardineros. Con el correr de los años, los Griggs construyeron su reputación como los productores más confiables de botas duraderas y resistentes.

Herbert Funk y Klaus Martens, los doctores detrás de la suela que inspiró los famosos borceguíes.

En tanto, el doctor Klaus Märtens, un joven soldado y médico del ejército alemán, se recuperaba de una fractura en su tobillo en 1945. Se le ocurrió crear una suela acolchonada y aireada que lo ayudara en su rehabilitación, ya que las suelas de cuero duras de aquella época le causaban mucho dolor.

Märtens usó una horma reciclada y una aguja para armar su prototipo de zapato. Una vez terminado se lo mostró al Dr. Herbert Funk, un viejo amigo de la universidad, y decidieron asociarse para lanzarlo al mercado. En 1947 iniciaron la producción formal. Solo les bastó una década para volverse un producto popular, en particular entre las mujeres mayores. Entonces, entendieron que era el momento indicado para llevar su calzado a otros mercados.

Bill Griggs, líder de la tercera generación a cargo de la compañía, vio el anuncio de las suelas Märtens en una revista sectorial. Rápidamente consiguió la licencia exclusiva para fabricar y comercializar el producto en el Reino Unido, aunque decidió hacerle algunos cambios.

La familia Griggs adquirió la licencia del producto y en 1960 lanzó las Dr. Martens 1460.

Modificaron el talón, volvieron más redondeada la parte superior, le agregaron su ahora distintiva costura amarilla y cambiaron el borde de la suela para hacerlo ranurado y dos tonos. Además adaptaron el nombre de la marca para hacerlo más atractivo para el público anglosajón. En 1960 lanzaron oficialmente las Dr. Martens 1460 inspirado en la fecha de creación del producto, el 1 de abril.

Aquella bota funcional para obreros se adaptó a la tendencia de los 60 con un auge de la moda exótica y extravagante. Primero fueron los fanáticos del ska quienes se la apropiaron como parte de su look, no obstante, el que las popularizó definitivamente fue Pete Townshend, líder de The Who.

De coquetear con la bancarrota al boom fashion

Góticos, glams, amantes del grunge, todos usaban unas botas Dr Martens. Los músicos estadounidenses que viajaban de gira al territorio británico luego se llevaban un par y, poco a poco, los introdujeron en el continente.

Pero la llegada del nuevo milenio trajo una caída pronunciada en las ventas. La firma decidió cerrar todas sus fábricas y trasladó la producción a China y Tailandia en 2002 para bajar los costos y evitar la bancarrota.

En el barrio Camden, en Londres, la compañía abrió un centro de diseño.

La marca experimentó su renacimiento a partir de 2003. Los diseñadores de moda reinterpretaron aquella bota juvenil y la transformaron en un producto fashion. Eso le dio un nuevo boom a la empresa. Esto la llevó en 2007 a reabrir su planta en Northampton, que desde entonces se dedica exclusivamente a producir la línea vintage, que hoy se lleva un 46% de la facturación.

Griggs vendió la empresa en 2013 al fondo de private equity Permira que desembolsó 300 millones de libras. En 2020 anunciaron un plan para incrementar la capacidad de producción de su fábrica en el Reino Unido con el objetivo de llegar a 165.000 pares de borceguíes 1460, zapatos 1461 y botas 2976.

Dr. Martens tuvo una breve experiencia en el mercado argentino. Llegó en 2015 de la mano de Rodolfo Gotlib y abrió locales en los shoppings Alto Palermo, Unicenter, y Alcorta, además de un espacio a la calle en Palermo. Sin embargo, las trabas para importar llevaron a la marca a dejar el país en enero de 2022.

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