Fuente: BAE ~ Claves para el crecimiento de una empresa post pandemia.
Ponerse en los zapatos de un empresario por un día alcanza para entender las dificultades que debemos sortear cotidianamente. Toma de decisiones, capacitación de personal y orden de las cuentas no es lo único con lo que se debe lidiar. Una pandemia inesperada nos puso en jaque desde marzo de 2020 y tuvimos que apostar a la creatividad y jugar fuerte.
Teníamos dos destinos posibles: mirar para adelante o bajar los brazos. Los que estamos englobados en el rubro de la moda llevamos la peor parte pues los cierres sanitarios nos dejaron sin mercado, sin clientes, ya que la gente no necesitaba ni ropa, ni zapatos, ni accesorios.
En ese marco, debimos hacer malabares durante dos años para resistir. Crecer parecía una utopía. En primer lugar, entendimos que la tecnología era nuestra principal aliada para poder mostrar nuestros productos y vender online. La web y las redes sociales se convirtieron en nuestras vidrieras. La mayoría apelamos a la creatividad y buscamos el apoyo del equipo de trabajo.
Necesitábamos estar presentes en la mente de los clientes generando contenido atractivo y fundamentalmente, útil. Debíamos encontrar la forma de volvernos indispensables en el contexto que enfrentábamos o fomentar la idea de que la normalidad estaba a la vuelta de la esquina.
Por otro lado, la experiencia de consumo sufrió un cambio radical. Como nunca antes el delivery fue determinante. Nuestros productos debían llegar en tiempo y forma a la puerta de nuestros clientes. Hoy, empezamos a concentrarnos en optimizar los medios de comercialización para volver a ser competitivos.
Ponerse en los zapatos de un empresario argentino por un día no es sólo una cuestión de empatía; nos da una idea del esfuerzo que requiere «cinturear» los imponderables que escapan al mejor de los planes. El principal capital del empresario argentino es el coraje.
* Fundadora de LK Buenos Aires