Invento futurista hará decir adiós a los calzados tal como los conocemos

Fuente: MDZ – Un invento causa asombro en el mundo: se trata de calzados impresos en 3D con una red de sensores para cada persona. Los zapatos se amoldan a tus pies y podrían llegar pronto a los mercados.

Assa Ashuach, uno de los principales diseñadores de un descubrimiento asombroso: unos calzados futuristas impresos en 3D, afirma que sus modelos son capaces de que se pueden mejorar a sí mismos. 

Los zapatos Evolve AI, expuestos actualmente en el Museo del Futuro de Dubai, traspasan los límites de la ciencia y el diseño. El equipo que está detrás de estos elegantes zapatos espera sacarlos de la estantería del museo y ponerlos en manos de los usuarios en los próximos tres años de desarrollo de esta tecnología

«Todos somos un poco diferentes: algunos tenemos los pies pequeños, otros los tienen grandes. Lo mismo ocurre con las piernas, que pueden ser delgadas, largas o grandes. Esto es algo completamente diferente, estos zapatos están hechos para ti», afirma Ashuach, que lleva trabajando en la vanguardia de la impresión 3D y el diseño desde principios de la década de 2000, según nota publicada por Euronews. 

La industria mundial del calzado es muy lucrativa, con un valor estimado de 360.000 millones de euros en 2022, según un estudio de la organización de estudios de mercado Straits Research. Pero muchos de los zapatos del mercado siguen fabricándose en serie y en tallas estándar. Esto significa que abundan los zapatos baratos y de moda que no se adaptan necesariamente a los distintos tipos de cuerpo. 

¿Cómo funcionan? 

Los zapatos Evolve AI están equipados con una placa de circuito impresa en 3D que contiene sensores de recogida de datos. Este proyecto financiado por la UE es fruto de la colaboración de varias empresas, entre ellas el estudio de Assa Ashuach, Stratasys, Haratech y Profactor. «Los zapatos evalúan si presionas hacia dentro o hacia fuera, si estás ganando o perdiendo peso, cuánto sudas. El zapato sujeta el pie y se amolda a él», explica Ashuach.Te podría interesar

Los usuarios acabarán llevando lo que Ashuach denomina «primera generación de zapatos«, que recogen datos que se enviarán a una «segunda generación» de zapatos, almacenados en una nube virtual. Una vez recogidos suficientes datos, los zapatos podrán imprimirse en 3D.

«Habría que esperar alrededor de un año para imprimirlos, o más si se quiere que estén aún más adaptados», explica Ashuach, que espera crear una gama de unos 235 euros y otra más premium de 500 euros. 

La impresión 3D es cada vez más habitual en diversas industrias, desde el mundo de la medicina hasta el sector del automóvil. Según un estudio de Grand View Research, este mercado mundial en auge tenía un valor estimado de 18.800 millones de euros en 2023, y las previsiones apuntan a que podría crecer un 23,5% de aquí a 2030. 

Los calzados tienen sensores. (AssaAshuach)

¿Para quién son las zapatillas? 

Para llevarlas, los usuarios no sólo deben pagar un alto precio, sino también ceder sus datos personales. Los zapatos rastrean cómo se mueven los usuarios, pero también recopilan datos sobre su entorno externo, por ejemplo, controlando el tiempo.

«Podrías acabar con un zapato que ha adaptado su ventilación, dependiendo de si pasas más tiempo en ambientes cálidos o fríos. También se puede evaluar el tipo de terreno que pisas para modificar el peso de la zapatilla», explica Ashuach.

También pueden tener beneficios para la salud, afirma el diseñador. «Podemos mejorar drásticamente la vida de los diabéticos adaptándoles el calzado, ya que pueden sufrir heridas por presión en los pies», añade Ashuach.

Un diseño fuera de lo común 

El aspecto de las Evolve AI es ciertamente diferente al de un par de zapatillas Nike AirForce convencionales y, para algunos, pueden resultar incluso molestas a la vista. Todo esto forma parte de la estética que Ashuach quiere conseguir. «Me inspiré en la piel humana para el diseño, puedes ver que la zapatilla tiene venas, por ejemplo», explica. 

El innovador diseño también forma parte del próximo gran objetivo de los diseñadores: incorporar materiales regenerativos que puedan mejorar y arreglarse a sí mismos. «La idea es que estas venas puedan crecer alrededor del pie mientras se lleva el zapato para sostenerlo», explica Ashuach con un brillo de emoción en los ojos. 

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