Fuente: Cronista ~ Nea Tex SA. invertirá u$s 20 millones para reactivar el negocio textil de Alpargatas en la Argentina. Ya desembolsó u$s 5 millones y prevé inyectar otros u$s 15 millones en los próximos tres años, con el objetivo de aumentar su capacidad productiva y ganar competitividad, como parte de su plan de resurgimiento de la centenaria marca.
El desembolso de u$s 5 millones concretado hasta el momento se destinó a renovar el equipamiento de hilandería, tejeduría y tintorería de algodón en dos de las plantas que la empresa posee en el norte del país y que adquirió tras la compra a la ex Alpargatas.
“Ya completamos el arribo de 10 contenedores en la primera etapa de inversión, anunciada en el marco del relanzamiento de Alpargatas Textil. En estos 18 meses de gestión con el nuevo accionista, recibimos 29 camiones con equipos de última tecnología. El proceso no se detiene y vamos por más. Proyectamos una inversión de u$s 15 millones en los próximos tres años“, dice Carlos Peñarrocha, CEO de Nea Tex SA.
La sociedad se creó a fines de 2019, a raíz de la compra de la empresa chaqueña Marfra S.A de dos plantas que pertenecían a Alpargatas Brasil, por u$s 8,5 millones: la de Corrientes, donde se realiza el proceso completo de fabricación de tejidos de algodón, y la de Chaco, dedicada al desmote de la fibra. Fueron adquiridas por el empresario textil Alberto Mária, dueño de Mafra S.A, ahora también presidente de Nea Tex SA.
En julio de ese año, Alpargatas Brasil, en manos del grupo Camargo Correa, vendió por u$s 14,4 millones los activos de la división textil en la Argentina. Meses después, en diciembre, le cedió la marca de indumentaria deportiva Topper al Grupo Sforza, del empresario brasileño Carlos Wizard Martins, por u$s 64 millones.
Nea Tex fue una de las tres firmas nacionales que se quedó con el negocio textil de la mítica compañía, a la que le proveía materia prima. Se hizo cargo de los 400 operarios que trabajaban en ambas plantas y 60 empleados del área de ventas y logística, que se sumaron a los 200 trabajadores que ya tenía Mafra.
Las otras dos firmas que se repartieron el negocio textil fueron Cladd, que se quedó con la fábrica de Florencio Varela, en la provincia de Buenos Aires, y la fabricante de esponjas y paños Fibran, que compró la factoría de Catamarca.
“Conservamos la marca Alpargatas Textil, con el logo azul y negro que tenía originalmente, antes de que fuera comprada por los brasileños. La base central es la planta de Corrientes, con el apoyo del establecimiento de Chaco, sumado a las cinco desmotadoras que tiene Marfra. Es un proyecto 100% argentino“, detalla Peñarrocha, que trabajó en los últimos 32 años para Alpargatas.
La primera etapa de la inversión se financió con capital propio y otra parte con fondos provenientes del mercado de capitales. “Emitimos dos obligaciones negociables (ONs), con colocaciones por un total de $ 220 millones“, detalla el CEO.
La inversión en tecnología de punta tiene una pata sustentable, con la certificación de normas ISO. La maquinaria recircula el 90% del agua empleada y ahorra energía con equipos eficientes de iluminación y servicios. La caldera de biomasa genera vapor con baja emisión de dióxido de carbono y reutiliza el 100% de los desperdicios textiles.
Desde que la compañía asumió el nuevo desafío, su producción aumentó un 45%. Planea terminar el año con una fabricación aproximada de 12 millones de metros de tela. El año pasado, parte de la producción fue destinada a una acción solidaria: la empresa entregó 2000 tapabocas al gobierno correntino para personal esencial.
Con una facturación anual cercana a $ 1700 millones, su intención es volver a posicionar al negocio de Alpargatas textil en el mercado interno y retomar las exportaciones regionales, como lo hizo en el pasado la reconocida empresa, fundada en 1883 a partir de la asociación de Juan Etchegaray, pionero en la fabricación manual del calzado de lona con suela de yute, y Robert Fraser, miembro de una familia de industriales escoceses.
Según fuentes del sector, el 70% del mercado textil local es abastecido por cuatro jugadores, y Alpargatas Textil la tercera compañía más importante en términos de participación y la primera en el segmento de denim. Su portfolio de marcas incluye las etiquetas Rueda, Vaquero y Tractor, entre otras, especializadas en la confección de telas de jean, gabardinas y de indumentaria de trabajo.
“Está abierta la posibilidad de agregar nuevas producciones, pero el foco está puesto en potenciar la oferta existente. Buscamos ampliar el abanico de clientes”, explica el ejecutivo de la firma, que también analiza la apertura de locales propios de las marcas a mediano-largo plazo para llegar al cliente final de forma directa.
Nea Tex montó sus oficinas comerciales en el emblemático edificio Molina Ciudad, ubicado en Avenida Regimiento de Patricios 1052, en el barrio porteño de Barracas. Allí funcionaba antes la ex fábrica de Alpargatas Textil, cuando pertenecía a capitales argentinos.
Además de ser la sede administrativa de la firma, ahora también hay un showroom donde la empresa exhibe las prendas confeccionadas a sus clientes.