Fuente: Ambito ~ Las ventas del Día del Padre cayeron 44,2% respecto de la misma fecha del año pasado y reflejaron la retracción general del consumo por el descenso en los ingresos de los hogares y la falta de circulación de gente por la cuarentena, según informó la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME).
«La caída es muy importante, la mayor que hemos tenido desde que tenemos estadística en CAME», dijo el vocero de la entidad, Pedro Cascales, en declaraciones a Télam.
Según el relevamiento realizado por la CAME, «el consumo fue muy flojo por el descenso en los ingresos de los hogares y la falta de circulación de gente en la cuarentena; sólo 4,9% de los comercios pymes relevados finalizó la fecha con aumento, el 88,7% en baja».
«Igual, las pocas ventas registradas trajeron algo de alivio a los negocios vinculados a la celebración. Es posible que por la falta de encuentro de hijos con padres, los regalos se continúen comprando en los próximos días», señaló la CAME.
El ticket promedio de venta este año se ubicó en $1.400, un 40% por encima del 2019.
Cascales señaló que «la caída que registramos en CAME por las ventas del día del Padre fue bastante dispar, en el interior del país hubo ciertos lugares que no fue tan importante la caída, y hay que considerar que hubo dos provincias, Jujuy y Chaco, que decidieron postergar la celebración hasta el 12 de julio debido a que se establecieron medidas estrictas para limitar la circulación de personas y el cierre de comercios por el aumento de contagios, lo cual afectó también al indicador».
«Evidentemente la caída de las ventas de AMBA impactó fuerte en que el número sea bajo, 44,2%. Si se toman las caídas que veníamos teniendo en mayo que superaban el 50% o bajas en marroquinería, calzado e indumentaria cercanas a 70%, estos números son mejores de lo que veníamos experimentando pero obviamente lejos de la situación de normalidad que permita a un comercio mantenerse a flote», consideró.
Subrayó que «solamente 5% de los comercios tuvieron ventas superiores al año pasado y la mayoría de los comercios pymes de todo el país con este nivel no cubren sus costos fijos».
Los datos surgen del relevamiento realizado por la CAME entre el viernes por la tarde y el sábado por la noche en 750 comercios del país y reflejan además que «subió la venta online pero bajó en locales físicos».
«Predominó la austeridad por la incertidumbre de muchas personas que ven peligrar sus fuentes laborales ante la recesión económica que se atraviesa. Así, a pesar de que muchos comercios permanecieron abiertos hubo poco tránsito de gente por las calles, aunque si mayor volumen de facturación electrónica. En este último caso, aumentaron 5,8% frente a la misma fecha del año pasado».
La mala fecha se notó en que apenas el 4,9% de los comercios relevados tuvieron aumento en sus ventas; en cambio, el 87,8% finalizó con bajas y otro 7,3% se mantuvo sin variación.
Un común denominador en todos los rubros fue la baja variedad de productos por algunos problemas de abastecimiento, sobre todo se notó en celulares y artículos.
Los 9 grandes rubros relevados este año finalizaron la fecha con bajas anuales muy profundas: la mayor caída anual ocurrió en Calzado y Marroquinería donde las cantidades vendidas cayeron 56,4% y se expendieron modelos discontinuos, y productos de bajo valor como pantuflas.
El rubro con menor declive fue Herramientas y Artículos de ferretería, que tuvo una baja del 30,8% anual.
En ese caso, salieron mayormente herramientas eléctricas y algunos comercios realizaron sorteos para atraer compradores, pero en general los negocios del ramo señalan que el Día del Padre no viene bien ya desde algunos años.
En Indumentaria, las cantidades vendidas descendieron 48,7%, con mucha salida sobre la hora y algunos problemas de abastecimiento, sobre todo de mercadería de invierno; mientras que estuvo más activo el e-commerce de ese rubro, que comenzó ya desde una semana antes.
En Accesorios de computación, celulares y productos electrónicos las ventas cayeron un 45,7% anual.
Hubo pocos modelos de celulares, lo que limitó el expendio en esos productos y la falta de límite en las tarjetas de crédito redujo la demanda de artículos electrónicos; también se demoraron las entregas de tablet y productos de audio y «los negocios del sector expresan que fue una fecha perdida».