Fuente: Ámbito – En abril, el rubro de prendas de vestir y calzado aplicó una suba de precios de 9,6%, por arriba del dato de inflación. Productores y comerciantes reflejaron esta situación.
La situación económica que atraviesa el país golpea fuerte a distintos sectores. Uno de ellos es el de la industria del calzado, que experimenta una pronunciada caída de ventas y arrojó en lo que va de este año datos muy negativos comparados con 2023.
Asimismo, en abril el índice de inflación fue del 8,8% mensual y la interanual alcanzó el 289,4%. En tanto que, tan solo en el rubro de Prendas de vestir y calzado, la suba de precios al cliente final fue del 9,6% en abril y del 205% en doce meses, según INDEC.
Si bien en abril el dato fue alto, lo empeora el hecho de que, en marzo, el rubro había experimentado una inflación del 10,9% mensual y del 287,9% interanual, nada menos que el nivel más alto desde febrero de 1991, cuando había alcanzado el 582%.
La caída de la actividad en el rubro del calzado
Esto se da en un contexto en el que, en abril, el índice de producción industrial manufacturero (IPI manufacturero) mejoró 1,8% en relación a marzo (que, tal como se dijo, fue un mes muy malo para el sector). De todas formas, la caída interanual sigue siendo muy marcada, con el 16,6% respecto al mismo mes en 2023.
Las 16 divisiones de la industria manufacturera presentaron caídas interanuales y, en lo que respecta a Prendas de vestir, cuero y calzado, la baja fue del 15,4%, según Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC).
La crisis que atraviesan los zapateros
Roberto Sánchez, dueño de una empresa que se dedica a fabricar todo tipo de calzado a medida y estándar, contó a Ámbito cómo afecta la crisis económica en sus ventas y qué estrategias usa para hacer frente a esta situación. «De enero a octubre de 2023, producíamos en promedio entre 10 y 12 pares de calzados por mes. En octubre, antes de las elecciones, bajamos a un promedio de entre 6 y 8. Y, desde enero hasta hoy, llevamos hechos tan solo 13 pares en 6 meses«, relató.
Con más de 50 años de experiencia en el oficio, Sánchez realiza todo tipo de calzado a medida para empresas. Provee desde empresas de seguridad, hasta distribuidoras de calzado de danza. Es proveedor de distintos rubros muy diversos. Y tal es la extensión y el impacto de la crisis, que cuenta que, en 2024, ninguna lo ha convocado.
«Todos los años le hacemos una determinada cantidad de pares. En éste, ninguna nos hizo encargos», sostuvo. Producto de eso, como es de imaginar, Sánchez sufrió una caída de ventas importantes, que llega al 80% en lo que se refiere al calzado a medida y al 100% producción para venta mayorista.
El Índice de Precio al Consumidor (IPC) del rubro de prendas y calzado alcanzó el 205,0%.
Esto se combina con fuertes aumentos en insumos, servicios y el alquiler que paga por su fábrica, ubicada en el barrio porteño de Mataderos. «En marzo, renovamos el contrato de locación y lo hicimos con un aumento del 130%. Después, con respecto a luz y gas, el incremento fue del 100% o 120%. Y los insumos han aumentado prácticamente un 120% en un año», describe.
Sánchez cuenta que nunca en los 50 años de historia de su negocio vivió una situación tan desesperante y se siente atado de pies y manos, ya que contó que la única alternativa que tiene es la «lucha día a día» y «esperar a que esto mejore«.
Una alternativa posible sería buscar precios más bajos en los insumos, pero él considera que esa no es una opción ya que implicaría «tener una calidad también menor» de productos. «Trabajamos una calidad que, bajo ningún punto de vista, podemos venir a menos», sostuvo.
Las personas buscan arreglar su calzado antes que comprarse nuevos
También en el rubro del calzado, aunque avocado a la venta directa, otro comerciante que tiene un local a la calle en Villa Ballester y se dedica a la compostura de calzado, carteras, mochilas y valijas, vive una situación similar, ya que contó a este medio cómo se ve reflejada la situación económica en las ventas.
«La situación nos afectó como a todos, ya que aumentaron mucho los precios de los insumos, pero la gente, por suerte, nos elige para reparar sus zapatos». Y es que, en épocas de crisis, es habitual que muchas personas busquen arreglar su calzado en lugar de comprar nuevo.
Sin embargo, si observa una caída en la venta de productos para el cuidado de los zapatos. «La venta de cosmético para calzado se redujo, pero lo que es compostura no«, reflejó la fuente. Así, de algún modo, la suba en la demanda de arreglos compensó, en parte, la caída en venta de productos.
Sin embargo, es difícil compensar la suba de los insumos porque los clientes llegan al local con los bolsillos más flacos en épocas de crisis que en otras. «Los aumentos los sufrimos todos«, refleja el zapatero. Y es por eso que trata de incrementar sus precios lo menos posible para el cliente.