Cómo Vaca Muerta inspiró una empresa de diseño de marroquinería

Fuente: La Nación ~ Vaca Muerta, como se sabe, es el principal yacimiento petrolífero no convencional de la Argentina y, para las hermanas Basilotta, fue la inspiración para una nueva marca de accesorios de marroquinería. Ornella, diseñadora; Carla, politóloga, y Mora, comunicadora y productora de moda, llevaban una década trabajando con «Basilotta» una línea de indumentaria femenina tradicional hasta que un viaje a Neuquén cambió el foco del negocio. Nació «Frackingdesign», una empresa de triple impacto.

Las hermanas ya analizaban convertir la marca «Basilotta» (producían unas 15.000 unidades por temporada, tenían 60 clientes en el país y cuatro franquicias) en algo más sustentable. Ornella viajó a Neuquén a buscar fibras naturales de mohair para una serie de diseños y allí conoció una planta de residuos a la que llegaban los bolsones que llevan la arena para la explotación en Vaca Muerta. «Cuando vi las telas inmediatamente pensé que teníamos que hacer algo, que podíamos recuperarlos», cuenta a LA NACION.

A las bolsas de arena recicladas se les suma cuero de descarte.
A las bolsas de arena recicladas se les suma cuero de descarte.

En la planta los bolsones se trituran y se queman. Las estimaciones indican que en Vaca Muerta se emplean, en promedio, 40.000 toneladas de arena por pozo, que equivalen a 26.500 bolsas. «Las cifras muestra el impacto ambiental de esos residuos; hay tres plantas para tratarlos; si no van a la que los quema van a un relleno sanitario -agrega Ornella-. Supe que en vez de una línea de hilados naturales podíamos hacer mucho más».

Por protocolo no pudo llevarse, como esperaba, un bolsón para mostrarles a sus hermanas. Le prometieron que en una semana lo recibiría por avión lavado y sanitizado. Cada uno tiene tres metros de largo por uno de ancho. Lo que iba a ser una línea de producción se transformó en una marca; decidieron dejar «Basilotta» y emprender el diseño de marroquinería. Produjeron 10.000 artículos el primer año y ya analizan posibilidades de exportación.

Armaron una cadena productiva: en Neuquén desarman los bolsones y hacen su primera limpieza; en Buenos Aires se planchan (el calor termina el proceso de sanitazado) y se bobinan igual que los rollos de tela. Con la decisión tomada, se comunicaron con sus clientes de indumentaria y empezaron a «medir temperatura del producto para ver si era viable; encaramos una preventa también para conseguir capital genuino», explica Ornella.

Los productos tienen impacto ambiental porque usan un residuo como materia prima, el que es reciclado mitigando la huella de carbono; social, porque en la cadena productiva intervienen diferentes cooperativas, fomentando el trabajo justo, registrado, y local y económico porque es un negocio rentable, «lo que permite que los otros dos impactos sean sostenibles en el tiempo».

Ornella Basilotto fue quien viajó a Neuquén y "descubrió" el material.
Ornella Basilotto fue quien viajó a Neuquén y «descubrió» el material.

El interés de las hermanas es demostrar que el reciclado no es de baja calidad, sino que genera productos de primera línea: «Con material de reutilización es posible competir con los mejores; a la tela de los bolsones les sumamos cuero vacuno de descartes, que hacen a nuestro producto 100% reciclado. Un material noble asociado a la identidad cultural argentina, que además se trabaja a mano», dicen.

A medida que fueron avanzando, cambiaron y vendieron las máquinas textiles por específicas para marroquinería. La primera colección apuntó al canal corporativo. La Municipalidad de Neuquén las invitó para contar el emprendimiento -«lo que demuestra que el problema ambiental es real»- y la propuesta se viralizó. «Nos llamaron de varias empresas que trabajan en el yacimiento y el impulso fue enorme», recuerdan.

La tela de los bolsones es polipropileno; el tejido es parecido al de una arpillera, pero más suave; es impermeable y muy resistente. Las Basilotta realizaron pruebas con el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) para analizar a qué se podía exponer el material.

«Buscamos a través de nuestros diseños dar un mensaje de concientización. Es una forma creativa de transformar y reciclar residuo y reinsertarlo en una economía circular», agrega Ornella. La comercialización es a través de la tienda online de «Frackingdesign» y en algunos locales de diseño de autor.

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